Estamos en el fondo del mar y una orquesta
de cuerdas ejecuta su recital con el único
aliciente de que cuestionemos nuestro ser.
En el fósil de molusco acaracolado que me
entregaste he podido escuchar las ganas
de vivir que llegan del mundo por encima
de la superficie. Apenas entendemos su
significado, pero suenan como el deseo
de nuestras entrañas.
El aprendizaje de la respiración continúa
en la etapa onírica de los anfibios.
Fotografía: Miguel A. Martínez
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