Y si te expulsan de una realidad
sangrante o acartonada porque tu
obsesión en lo posible es lo único
que nutre.
Empuña la recompensa cómplice
del abrazo que le otorgará el naranja
al día para que prolifere.
Ve al seno.
Desde la certeza que cobra vida
al participar en el tumulto.
Fotografía: Miguel A. Martínez
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