Lo que el dominio de la escritura
siempre ha apartado. Lo cubierto
por la hojarasca de frases bien
construidas, al gusto de época.
Decir lo macerado y agrio.
La vacilación. A punto de perderse,
de enterrarse.
Decir lo único que no quiere
oírse. Lo que arde en mi silencio.
Parece mentira que haya cumplido
cuatro décadas y media y que siga
con estas cuitas. Si en realidad todo
se puede destilar en una misma
fórmula:
ese pánico a que se desvanezca
el escaso amor que creímos
merecer.
Fotografía: Man Ray
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