Comimos de las espinas.
De su pecho brotaba un pulpo
sin coraza.
Lo inexplicable es la supervivencia.
Es mejor que no le haga mucho caso
a la costumbre de añorarte.
Fotografía: Man Ray
Comimos de las espinas.
De su pecho brotaba un pulpo
sin coraza.
Lo inexplicable es la supervivencia.
Es mejor que no le haga mucho caso
a la costumbre de añorarte.
Fotografía: Man Ray
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