La vegetación tropical,
exuberante.
Telas de araña que resplandecen
en la noche abierta, alunada.
Si pudiera asir tus manos.
Esta fiebre, memoria, caducidad.
Cuando miro ese suelo informe,
dilatándose, pongo los pies
en polvorosa. Desando.
Los bufidos de los cargueros a través
de la bahía. Minúsculos paquetes
en su seno. O millones
repetidos.
Nadie tiene la culpa. Circulamos.
Vectores, inercia, olvido.
Ojalá mi resistir y mi amor
imitaran a ese bambú
anciano.
Fotografía: Sebastiao Salgado
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