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ateo poeta

 

 

Mi rosa no era mía. Es mejor así.

 

Lo que pensaba antes de derrochar

todo su fulgor.

 

Más fiel a su ciclo y pulsaciones

que a mi concepto de belleza.

 

El amor solo se cultiva más tarde.

 

Distingo aún su mensaje incoloro.

Después de muerta.

 

 

Fotografía: Nobuyoshi Araki

 

 

 

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