De las catacumbas
rescato a un yo que se asemeja
a quien era yo antes, cuánto
interrogué
para ser y dejar de ser porque
la raíz, en su búsqueda autómata
sucumbe, cómo le llega la luz
Es el segundo intento, a sus espaldas
y hombros, los espectros gigantes
huir o desplazarse u onda expansiva
o pasaporte
con los fósiles y sedimentos, botín
de las guerras ancestrales
podría caerse muerto en Hong Kong
o en Perth o en Estocolmo o en la arena
granítica, reticular
cada paisaje acumula las respiraciones forzosas
a la hora señalada
salen de sus oficinas, naves, astilleros, cocinas
fugarse de quién, hacia qué interior
carbonizó sus deudas
el narrador omnipotente se da el lujo
de prescindir de sí mismo
pero no
Vehículos motorizados, hormigueo
de luces rojas inmóviles
como en la parábola, por reducción
al absurdo
Fotografía: yama-bato
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