¿Cuánto nos desnudamos, hasta qué piel?
Esta máquina animal cuyo corazón
pide a gritos: luz, oxígeno, válvulas de escape.
Nuestra relación es amistosa. Y erótica.
No damnifica.
¿Acaso podemos oponer otro sustrato
al régimen de propiedad?
Fotografía: Russell Tomlim
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