Y aunque en el envés, latente, savia,
a un tren de separación, musical y cumbre.
Y no importa cuán lejos estén el absoluto
y el horizonte o el término medio
y el paraguayo a morder.
La tilde diacrítica, el flujo del sueño, el cuerpo
de ola, la versatilidad, un cierto concepto
de lo inteligible.
Y por más que se congreguen los colibríes
y obtengan su carta de residencia
los futuros y probables amantes.
Hay una configuración de ti
que celebra y nutre y aplaca
los accidentes del destino.
Fotografía: Ash Thayer
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