Respetar escrupulosamente los deseos solo puede ocurrir
sin artificios ni asépticas precauciones. Los cuerpos hablan
y su conversación es el tronco que da luz a los términos
del contrato. Me explayo en la cercanía. Que nazca un
lenguaje prolífico y longevo. Así te entiendo. Desde una
libertad enraizada, desde la porosidad que se articula
en un relámpago.
Fotografía: Benoit Courti
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