Aviso de caminantes

 

En la suma de días indistintos

que la vida da al hombre, acaso hay uno

en que el destino, trágico y hermoso,

pasa por nuestro lado y el azar manifiesta

una insólita luz, un desusado

fulgor inconfundible.

Pero no has de dudar. Ten el coraje,

cuando llegue el momento,

de abandonar las cosas con que siempre

te engañó la costumbre, y sube pronto

a ese carro de fuego.

                                     Poco dura

el milagro.

                    Después, si te negaras

a partir, sólo noche

merecerás. Y nunca, aunque quisieras,

podrás comprar la luz que despreciaste.

 

 

Eloy Sánchez Rosillo

 

 

2 comentarios

[ateopoeta - 11 de abril de 2009 - 00:38]

me acabas de recordar todos los miles de cumpleaños que no anoto, ni felicito, ni celebro, por pura desidia, torpeza, timidez, desazón... como si siempre hubiera deseado que cada día fuera un milagro, de forma tan ingénua, sin percatarme que éstos llegan muy pocas veces en la vida y son los que nos remueven tanto por dentro, deshaciendo nuestra identidad, recomponiéndola, elevándonos... antes de que todo expire

(pero no me gustan los "exámenes de conciencia", el futuro es un arma cargada de poesía, si me lo permite Celaya)

[Salve - 06 de abril de 2009 - 22:10]

...sin tu saberlo me regalas este recorte de todas las vidas el día de mi cumpleaños... Descubro tarde mi regalo pero, tal vez por ello, lo recibo como más especial... ¿Y si no nos damos cuenta de ese momento "milagro"? ¿Y si la costumbre no nos deja verlo? ¿Y si (ahora sí), y si nos da miedo ese destino y no lo vemos porque no queremos verlo...? Nos haría reconocer nuestra cobardía, nuestro montaje de que realmente vivimos como queremos vivir, nuestra falsa responsablidad que creemos nos obliga a eludir la más importante: ser fieles a nosotros mismos.
No me pongo oscura... me encantó leerte y asustarme un poco con el castigo de no merecer la luz/luces que desprecié.