Se desprenden las pelusillas
del diente de león
y se tornan aves que
te obsequian
con la pausa
de su vuelo detenida
en el albor de tu antebrazo,
por un instante,
como el beso de la libertad.
Se desprenden las pelusillas
del diente de león
y se tornan aves que
te obsequian
con la pausa
de su vuelo detenida
en el albor de tu antebrazo,
por un instante,
como el beso de la libertad.
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