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ateo poeta

 

Al escucharte

comienzo mi ejercicio

lento y silencioso

de tejer tus palabras,

tu respiración,

los impulsos y latidos

que las acentúan,

hasta enhebrarlas

con su sombra

escrita, con el vaivén

entre la voz

y el texto que evocan,

como dos canales

simultáneos

que multiplicaran

el significado,

como si cada segundo

fuera crucial,

un golpe de timón,

un convite

a predecir la trayectoria

de la luz en su cierta

bifurcación,

por eso callo

y admiro cada punto,

cada gesto

que lo acompaña,

todas las huellas

apócrifas

que lo han nutrido

durante años y vidas

de sinuoso aprendizaje,

de ósmosis

involuntarias,

por eso te escucho

y memorizo,

apenas puedo añadir

más dicha

a esa manifestación

celeste, a ese acto

corpóreo del habla

insólita y naciente,

nívea

y esquiva.

 

Fotrografía: Julia Rionda

4 comentarios

ateopoeta -

en abril siempre diluvia en el labio inferior... es un placer que propicie, "estación de minifaldas"

estación de minifaldas -

propicio y bello!

ateopoeta -

gracias por la visita, Manuel!

Manuel Marcos -

Bien enhebrado queda. Es hermoso.