un poema de Julio Mas Alcaraz
Viajo para no oír
cómo disparan con sus rifles
a los árboles que se agitan.
Viajo para acariciar
los colmillos del zorro,
bañarme con las nutrias,
untar mi cuerpo de resina
y quitar el hedor a humano que impregna mis ropas
y olfatean las bestias de lejos.
Julio Mas Alcaraz, El niño que bebió agua de brújula (2011)
Fotografía: Julio Bittencourt
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