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ateo poeta

Esto es todo, extractos de un poema de Marguerite Duras

Esto es todo, extractos de un poema de Marguerite Duras

 

Y.A.: ¿Irías al paraíso?

M.D.: No. Eso me hace reír.

Y.A.: ¿Por qué?

M.D.: No sé. No creo en él

en absoluto.

Y.A.: Y después de la muerte,

¿qué queda?

M.D.: Nada. Solo los vivos

que se sonríen, que se acuerdan.

Y.A.: ¿Quién se va a acordar de ti?

M.D.: Los jóvenes lectores. Los párvulos.

 

(...)

 

Y.A.: ¿Para qué escribir?

M.D.: Es a la vez callarse y

hablar. Escribir. A veces esto quiere decir

también cantar.

Y.A.: ¿Bailar?

M.D.: Eso también cuenta. Bailar es un

estado del individuo. Siempre

me ha gustado mucho bailar.

Y.A.: ¿Por qué?

M.D.: Todavía no lo sé.

 

(...)

 

Nunca he tenido modelo.

Desobedecía obedeciendo.

Cuando escribo, estoy en la misma

locura que cuando vivo. Me reúno con

masas de piedra cuando escribo.

 

(...)

 

La lluvia de los niños ha caído

en el sol.

Con la felicidad.

He ido a ver.

Después ha sido necesario explicar que

era normal. Desde hace siglos.

Porque los niños no

entendían,

todavía no podían entender la

inteligencia de los dioses.

Después ha sido necesario continuar

caminando por el bosque. Y cantar

con los adultos, los perros, los

gatos.

 

(...)

 

Vanidad de vanidades.

Todo es vanidad y persecución del

viento.

Estas dos frases dan toda la literatura

de la tierra.

Estas dos frases por sí solas

abren el mundo: las cosas, los

vientos, los gritos de los niños, el sol

muerto durante esos gritos.

Que el mundo se precipite a su pérdida.

Vanidad de vanidades.

Todo es vanidad y persecución del

viento.

 

(...)

 

La palabra amor existe.

 

(...)

 

Sé muy bien que tienes otras ambiciones.

Sé muy bien que estás triste. Pero eso me

da igual. Que me amas, es lo más importante.

Lo demás me da igual. Me trae sin

cuidado.

 

(...)

 

Tenemos que hablar de nuestro amor.

Vamos a encontrar las palabras para eso.

Quizá no haya palabras.

 

(...)

 

Tus besos, creo en ellos

hasta el final de mi vida.

 

Marguerite Duras, Esto es todo (1995)

 

Fotografías: Ed Templeton

 

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