Trabajo todo el día
por un mísero salario
de belleza,
aunque a veces recibo
pagas extraordinarias.
Como todo proletario
considero firmemente
que la remuneración es injusta
pero al final de la jornada
sólo rindo cuentas
a un cielo caprichoso
y a tu eterna primavera.
Fotografía: Elliott Erwitt
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