lucha de clases
Es suficiente
con darse una vuelta
por Serrano o por
el Paseo de la Castellana
para convencerse
de que toda esa
abundancia
no se va a repartir
por las buenas,
así como así.
Ya sé que todas
esas niñas bonitas
-con sus faldas
aplisadas y sus medias
sin carreras-
llorarán de lo lindo.
(Qué le vamos
a hacer.)
Nada que ver,
en todo caso,
con nuestras estoicas
plañideras.
Seculares
y milenarias,
incluso.
En fin, no es ahora
momento para
flaquezas.
Fotografía: Michal Chelbin
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