Escribía sobre ti,
te disfrazaba
y te desnudaba
en el poema,
te invocaba
para hablar
contigo de otra
forma, sin
apremios,
sumergidos
en la intención
de la belleza,
y te ofrecía
el presente
indicativo
en este ahora
de nadie,
en estos versos
para cualquiera,
y ese era mi modo
de pensar en ti,
a veces fogoso,
a veces triste
y glacial,
pero siempre
ungido
de tus palabras
en flor.
Fotografía: Germaine Krull
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