Por una parte, este mundo
ahíto de pensamiento y de formas
que lo dotan de sensibilidad
con algún que otro fogonazo
de inmemorial hermosura.
Por otra parte, las trabas
y nocturnidad que extienden
los villanos propietarios
cercando los campos comunes,
fiscalizando los vínculos
prósperos y promiscuos.
En medio de esa pugna,
no antes ni fuera del tiempo,
nuestros frágiles tejidos
y vigorosas miradas
construyendo desde todos
los ángulos.
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