El deseo es nómada
y perverso.
Lo cual no impide
un territorio, una ley,
la falta
y todo lo opuesto
a la acumulación.
Fotografía: Jesús Llaría
El deseo es nómada
y perverso.
Lo cual no impide
un territorio, una ley,
la falta
y todo lo opuesto
a la acumulación.
Fotografía: Jesús Llaría
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