Blogia
ateo poeta

 

Salgo del examen

médico más feliz

que unas castañuelas.

Según los parámetros

de cálculo y los avatares

de mis años vencidos,

soy un hombre normal.

 

Ya me había hecho

a la idea

de que nadie era normal

y menos yo,

sobre todo a los ojos

tuertos

de los ficheros policiales

y según los cánones

esgrimidos

por las autoridades

al mando.

 

Y mira tú por dónde

me guardo risueño

la copia del análisis

en el bolsillo,

harto ya del ajado

documento

nacional

de identidad.

 

 

Fotografía: Inge Morath

 

 

0 comentarios