¿Cómo salir
de un círculo
cuyo perímetro
se desplaza
a la misma velocidad
que el fugitivo?
¿Trazando otros
círculos interiores
que disipen
la atracción
de la frontera?
¿Cortando las vías
de suministro
del pensamiento
de la huida, librando
la batalla frente
a la necesidad
de una geometría
habitable?
¿Entregando las armas
a la inmovilidad
o al desplazamiento
reversible
que se agazapa
en la excepción
de un proyecto?
Esta ontología
tan frágil y precaria,
¿sirve para arrojar
piedras y ladrillos
a los escaparates
de la reproducción?
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