Serán los ojos dulces y marinos
que te atraviesan sin compasión,
o las lenguas vespertinas e incansables
que no dicen sino con rodeos, serán
o no serán quienes puntualizan
al deseo que no sucumbe, dúctil
y estratificado, presente como suelo
y roca permeable, será esa herencia
poco material y ubicua, pero de amplio
calado, la que nos impide una mayor
aproximación no obstante el clima
propicio que se respira estos días.
Fotografía: Rebeca Mateos
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