Lo único
que me quita el sueño
ahora
es el orden oculto,
la sintaxis que a nadie
pertenece y que huye,
el inmenso
y sencillo poder
de las palabras unas
tras otras,
esclareciendo, refulgentes,
dotadas de una sonrisa
clara
y que solo despierta
cuidado y ternura
y que abre los pulmones
y la mirada
a una insólita
lucidez.
Después me pregunto
si no responderán
a la misma lógica
o expedirán idéntica
belleza
los cuerpos consecutivos
que dicen y pretenden
amarse.
Fotografía: Miroslav Tichy
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