Cuando alguien tiene en su haber
varios cientos de millones de dólares
y abre la boca no precisamente
para estornudar,
su discurso huele a chamusquina.
Cuando alguien tiene en su haber
varios cientos de millones de dólares
y abre la boca no precisamente
para estornudar,
su discurso huele a chamusquina.
0 comentarios