Cada vez que gira la manivela
de una caja fuerte
o se anuda la corbata
una transacción internacional,
muere una lágrima
en un océano implacable.
Fotografía: Sebastiao Salgado
Cada vez que gira la manivela
de una caja fuerte
o se anuda la corbata
una transacción internacional,
muere una lágrima
en un océano implacable.
Fotografía: Sebastiao Salgado
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