¿Por qué nos hipnotiza
lo artificial y lo abstracto,
por qué esa ausencia deplora
el relámpago hábil de la mano,
la voz que sonríe con su ámbar?
Cadenas de la noche, hermetismo.
¿Dónde se aloja la dulzura?
Inconsistencia.
Hasta el orden pestañea y los seres
acuáticos reúnen un pequeño tesoro
de un valor incalculable.
Fotografía: Miguel A. Martínez
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