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ateo poeta

 

Quizá todo se reduce a la orquídea,

a la extraña paz que trabaja incansable

por hacerse oír.

Utiliza la lágrima huérfana

y el vuelo transcontinental.

Ya no envía misivas aunque se interroga

acerca de los caracteres chinos

que designan el astrolabio.

Nostalgia del futuro que no padece

y que prescribe los viernes.

 

Veo un trayecto de pétalos.

¿Dónde descansarán los nombres

sin eternidad?

 

 

Ilustración: Alberto Mielgo

 


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