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ateo poeta

 

No hay otro camino

que perder el camino,

experimentar la turbación,

las señales confusas,

la renuencia del sol a guiar.

Nos han conducido

por demasiados caminos trillados.

Los puntos de llegada se desvanecen

y desintegran atómicamente

en cuanto se alcanzan.

Olvidamos perseguir

la flor de loto que calme

el dolor, el nicho de seda

que sacie el sueño.

Memoria. Flotación.

Transparencia del rojo.

No rendirse a lo vigente.

 

 

Ilustración: Guido Crepax

 

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