Sueñas con múltiples
perversiones con arreglo
a la normativa
vigente.
Hasta ahí,
ningún peligro.
Lo más inquietante sucede,
como una dulce resaca,
cuando ellas insisten
en permanecer a tu lado
el resto del día.
A sortear
las más perjudiciales
tentaciones, contraatacas.
Pero esas entelequias
ni se inmutan.
Al fin y al cabo sólo piden
un poco de agradecimiento
por alegrarte
la jornada.
Fotografía: Peter Franck
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