En las medusas de la mujer
que no fuiste y amarías
con los músculos de la voluntad desgranada.
Prometed una hora de plata
para el archipiélago en su emancipación
del celebérrimo presente.
Por la espalda tus anillos me hacen daño.
Empero, proliferan amagos de crisálida
a las doce menos diez.
A resarcir los sinsabores
de las uvas pasas por un jornal de miseria
excepto por lo que toca a la lengua
y al ojo silvestre, sin más jurisdicción.
Es un ferrocarril soberano y que declina.
Y vienen los pájaros a beber la música
que cifráis con paciencia.
Así se pone a remojo esta especie.
Fotografía: Miroslav Tichy
0 comentarios