De modo tal
que no dudases
en amarme:
anhelaría escribir.
En detrimento
del azul. Sabes
a estigma. Lo que
se ahonda,
el nicho que
reconcilia.
Hay dulces sobre
la mesa.
No perecen. La
edad es
ficticia. En
consecuencia, no es
preciso esperar,
mientras tanto.
Musitar: el
amor se observa
y nada equivale al
dogma,
abrir paso a las
lenguas
que trabajan insomnes.
En la esfera rota
dormías y la cáscara y
la curvatura
estudiamos. Casi
dentro, gemir, donde
la tez oriental.
Qué
incongruencia, la
mañana,
impacientes. El
espejo ebrio, la
sangre que
fosforece.
Declinar los
verbos en
suspenso. La
púrpura, que la vida
no sea más una
lucha contra
el tiempo, y
vuelvas. Y a
favor de una
resistencia tras
otra.
Sin solución de
continuidad. No
todo es follar, pero
qué bien se
estremecen los
precipicios.
Sin rodeos, hermana
nativa: añádele
tú los adjetivos, las
líneas tangentes, los
confines de los ligueros,
la nieve
abrasadora.
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