Es el momento de darle un tajo
a lo que se pudre
y enfanga.
Cortar por lo sano
o un poco más allá,
por si se salva lo que rodea
al extremo.
Las dudas
y remordimientos
conviene aplazarlos.
Ya habrá tiempo
para lamer
las cicatrices.
Es el momento de darle un tajo
a lo que se pudre
y enfanga.
Cortar por lo sano
o un poco más allá,
por si se salva lo que rodea
al extremo.
Las dudas
y remordimientos
conviene aplazarlos.
Ya habrá tiempo
para lamer
las cicatrices.
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