Para desayunar:
ilusiones
untadas con aceite
de oliva
y mermelada de fresa.
El tentempié del mediodía:
ilusiones
desde la pulpa
al corazón.
Cuando recibo
tus mensajes
entre el humo de la jornada:
ilusiones
como un periódico
al revés.
Sumergido
en la luz
cinematográfica:
ilusiones
cómodas aunque
desaten ríos
de ternura.
Al desvestirme
y antes del sueño:
ilusiones
para las que ya estaba
bien entrenado.
Fotografía: Francesca Woodman
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