El amor no se puede guardar
en una caja fuerte.
Cuanto más a seguro,
más telarañas.
Hay que sacarlo de paseo,
regalarlo por ahí
a discreción.
Derrocharlo
manirrotos.
Si lo aprendimos
no fue por herencia
de titularidad.
Pobre
quien lo acumula.
Se amustia
quien se avergüenza.
Se le pide mucho
al amor
sin haberle dado alas.
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