Sé que apenas es la longitud
de la piel aguardando y mecida.
Ni el rocío, ni la propiedad
de la fragancia, ni el disputado oasis.
Tampoco es la ignición
de la musculatura cuyas fuerzas
se oponen a un dolor oscuro.
El éxtasis de tu ser procede
de otras cumbres.
Fotografía: Miguel A. Martínez
0 comentarios