Vuelves de donar sangre, a mis brazos
y te quitas la ropa con lentitud, la jornada
se acabó y tu cuerpo se enrosca con el mío
con ternura, como si la intención y el deseo
fueran unas premisas indiscutibles.
Sólo estar, prolongando el tiempo a tu
lado, sin más ataduras.
Fotografía: Miguel A. Martínez
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