Mis dedos todavía saben a tu amor
exprimido al amanecer. Continúan
embriagándome. Así es imposible
trabajar. Tierra negra, arándanos,
el reflejo de la luz en tus cabellos.
Un café rápido, pan con mermelada
de naranja. Despedirnos. No quiero
recordar que ya tienes el billete
de vuelta. Ese aguijón. Es mejor
que no hablemos de eso. Lanzaremos
nuestras cometas a ambos lados
de la frontera. Interpretar. Errores.
La ansiedad del cuerpo. Ni siquiera
después de lavarme desaparece tu
olor inmortal.
Fotografía: Pavel Kiselev
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