El mapamundi está descolorido.
La luz solar directa hace mella
y en varios puntos cardinales
se afanan por darle un barniz.
Algo de lustre.
A esa mujer la violó su hermano
desde que tenía ocho. Luego
intentó suicidarse desde el piso
treintanueve. Un cerrojo
la salvó de aquella.
Ahora dice
que solo espera a que el cáncer
pueda primero con su madre.
Y todavía hay inversiones
multimillonarias, ajustes de cuentas,
libros sagrados y dioses
que sientan cátedra.
Un reguero de muertos
que creen.
Fotografía: Edward Weston
0 comentarios