Pensar en versos.
La masajista thailandesa.
Sus manos celestiales ordenando
la malla invisible del cosmos.
Me ganará también en una decena más
de años y en prender la chispa
de un silencio sostenido en el aire.
Mientras despeja las piedras
de mi calzada y pasa cierta la hora
en el minúsculo cuarto en penumbra.
Flor de la virtud.
No didactismo.
Pensar en versos.
Ilustración: Guillermo Martín Bermejo
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