Lo sublime no se halla lejos,
fortificado, ni podría ser recompensa
post mortem.
Apenas soy capaz
de designarlo en toda su amplitud.
Los momentos de breve dicha.
Arroyos pedregosos, prístinos,
celebración.
Efímera transparencia.
¿Cómo llegar? Si no a golpes
de inconformismo. Duda
incansable, sed.
Cómo si no perseguir el aroma
y la intemperie, lo que no quiere
dueño. Lo vasto.
El placer intelectual. La luz
de los dedos y la tersa mejilla.
Recordatorios.
Fotografía: Sebastiao Salgado
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