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ateo poeta

 

Quieres jugar

pero aún no has matado

a la noche

de los inciensos.

 

La herida que florece

en tu puño abierto

cuenta hasta tres

y se vuelve

a abrir.

 

He obtenido

un pasaporte de luz

para arraigar.

 

 

Ilustración: Robert Kipniss

 

 

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