Seamos más precisos:
las legítimas aspiraciones
a la autonomía personal y al amor propio
con una pizca de instantes sublimes
y una alta probabilidad de no sucumbir
al cinismo ni a la vacuidad
requieren dormir ocho horas diarias
y soñar despierto un número
no menos desdeñable
imitar las mariposas del alma
en vez de las calaveras maquilladas
que inundan las primeras páginas
de la tiranía
una drástica distensión
de las disputas territoriales
y expulsar el campo de batalla
hasta el primer agujero negro
de la enésima galaxia
todo ello de la mano
o en tácita complicidad
con los inciertos, atareados y variantes
sujetos que nos acompañan
a uno y otro lado
de la norma
sin olvidar la ventaja estética
que proporcionan
los globos aerostáticos
en los días
claros y luminosos
Fotografía: Eduard Barnieh
0 comentarios