¿Es que acaso necesito
el magnetismo
de las extremas alocuciones,
el fango de la pérdida,
la mercurial vecindad
de la llama,
el cuerpo huido de su cáscara,
la radiación de las noticias
que deshilacha,
quedar a merced
de los elementos,
la bebida turbia, la torsión,
innúmeras
categorías de encarnar,
inducir un cierto júbilo
de sobremesa,
una perforación
de lo múltiple y obsceno,
una identidad reconocible
de bolsillo,
liquidez,
sábados y domingos
incrustados
con alfileres
en los días rojos,
un verbo animal,
uñas en comandita
con la ternura raíz,
restañar,
cortocircuitos,
prometer,
insólitas tácticas
y descongelar
la nevera?
Fotografía: Sára Saudkova
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