Ascender a la cumbre
hoy
fue doloroso.
Cada cien escalones
las neuronas
segregaban la sustancia
paliativa:
tu cuerpo exuberante,
la sonrisa en su desnudez,
ceñirme a tu justa
infinitud.
Al culminar, como es obvio:
allí no se encontraba
la utopía.
Fotografía: Sára Saudkova
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