A mi amor no le digo: esta es mi pobre
filosofía.
Tú me dices que cada ser humano se halla
sometido a una división esencial.
Con brocha gorda:
razonamientos de un lado, emociones del otro.
Ojalá fuera todo tan simple porque:
desde ambos hemisferios hay posibilidades
de conducirse con virtud
y también de errar estrepitosamente.
Pregúntale, si no, a quien emite juicios
en plenitud de su conciencia
partiendo de hechos dudosos,
medias verdades
o ignorancia supina.
Tú sabes, también, que los afectos
son bálsamo oportuno a la vez
que disipan los criterios de equidad
en la hora de lo común.
Por mencionar tan solo algunas objeciones
habituales.
A mi amor le digo: hay puentes que atravesar
de una a otra orilla y también nos complace
cruzar los ríos a nado.
Fotografía: Benoit Courti
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