Continúa este falso otoño tropical
y pienso en la nieve
que me espera al doblar la esquina
del año próximo.
Hay atisbos de un cielo encapotado
que disimula el fin
de una etapa, que ya es hora
de la digestión, de romper
los círculos y mudar
de perspectiva. Es la luz
fuente primera.
Escucho “Throw it away”
de Abbey Lincoln con esa rotunda
melancolía y también afirmando:
me exhorta a que el viaje
merezca la pena,
a no perder la noción de lo sensible
(anestesia y cínica plaza,
tan concurrida)
ante las heridas de este mundo
sucio y brutal.
Al frío ártico me trasladaré
con los objetos mínimos
para la supervivencia. Qué mejor
oportunidad para soltar lastre,
prescindir de lo accesorio
e interrogarme
sobre la intemperie.
Ilustración: Louise Bourgeois
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