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ateo poeta

 

Cuanto más inteligentes

y más chispa tienen,

más arrebato sexual

me provocan.

 

Aunque ellas

suelen inclinarse

por seguir charlando

y haciendo planes

para poner esta vida

del revés.

 

Y yo archivo o aplazo

mi lujuria hasta

que no aguanta más

y revienta

o se aplaca

por otros medios,

todo por amor

a la sintonía

de las ideas.

 

En cambio, qué tristes

resultan aquellos

cuerpos que son solo

libido, consumación

carnal y rehenes

del placer.

 

Después del vicio

queda ese enorme

desierto sin palabras

que me aleja

para siempre

de cualquier posible

reincidencia.

 

 

Fotografía: Christian Coigny

 

 

 

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