las palabras justas
Si Aki Kaurismäki se expresa así, no debería yo abusar del verbo al presentarlo. En Luces al atardecer (2006) como en sus anteriores películas (la otra que me emocionó sobremanera fue El hombre sin pasado, 2002), el finlandés usa guiones parcos en palabras. A cambio, llena la pantalla de abundantes colores y contrastes. Las emociones guían los hechos. Pero están congeladas detrás de personajes sobrios. Fuman y beben compulsivamente. Los perdedores miran hacia el horizonte. Koistinen, el guardia de seguridad protagonista, dice que su trabajo es temporal porque quiere crear su propia empresa de vigilancia. Pero los sueños de los subordinados se hacen añicos constantemente. La insania viene de muchos frentes. No sólo de los banqueros que no dan créditos a cualquiera. Ni de los empresarios que despiden sin contemplación basados en cualquier rumor. Ni de ladrones de guante blanco que encargan palizas pero que repudian el asesinato dentro de sus negocios. La soledad errática acaba cediendo ante cualquier tentación. Sobre todo si llega en forma de rubia despampanante. Y arrastra a las víctimas del capitalismo hacia un destino ya escrito en su origen. Cámaras fijas. Inmensos silencios. Sentimientos nucleares de amor y odio. Deja tiempo para pensar. Para pensar en cómo rebelarnos ante esos excesos de vacío que nos acechan.
2 comentarios
ateopoeta -
http://www.rebelion.org/cultura/031201kau.htm
http://www.labutaca.net/films/41/lightsinthedusk.htm
http://www.blogdecine.com/2006/12/
http://videodrome.wordpress.com/2007/01/19/luces-al-atardecer/
maría -