para empezar el año con amorosos versos
No es verdad.
Del otro lado del silencio
llega una espiga
oferente del grano más puro.
Amar es ser y ser
es esa entrega desnuda.
Del otro lado, aquí
deposita el consuelo
en mi boca
su palabra
tatuada en el oro del aire
y en la roca.
Y recobra su identidad la blancura
en la levedad inicial.
Guarda este árbol para mi vejez.
Pasa por sus raíces
tu fe constante.
Una hoja encierra el viático.
Yo estoy aquí,
todavía en el aire,
pero el camino secreto de la savia
es mi alegría
y la proximidad de tu luz
cierra mis ojos
en avance de eternidad.
Y cuando la marea de la sombra
cubre el crepúsculo,
la ecuación nocturna de los astros
rechaza la silente quietud del cero
y dibuja con dedos inquietos
el espectro de la posibilidad.
Clara Janés, Paralajes
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